viernes, 20 de mayo de 2011

"Himno Nacional de Guatemala"


"Himno Nacional de Guatemala"
¡Guatemala feliz...! que tus aras
no profane jamás el verdugo;
ni haya esclavos que laman el yugo
ni tiranos que escupan tu faz.

Si mañana tu suelo sagrado
lo amenaza invasión extranjera,
libre al viento tu hermosa bandera
a vencer o a morir llamará.

Coro

Libre al viento tu hermosa bandera
a vencer o a morir llamará;
que tu pueblo con ánima fiera
antes muerto que esclavo será.

De tus viejas y duras cadenas
tú forjaste con mano iracunda,
el arado que el suelo fecunda
y la espada que salva el honor.

Nuestros padres lucharon un día
encendidos en patrio ardimiento,
y lograron sin choque sangriento
colocarte en un trono de amor.

Coro

Y lograron sin choque sangriento
colocarte en un trono de amor,
que de patria en enérgico acento
dieron vida al ideal redentor.

Es tu enseña pedazo de cielo
en que prende una nube su albura,
y ¡ay! de aquel que con ciega locura
sus colores pretenda manchar.



Pues tus hijos valientes y altivos,
que veneran la paz cual presea,
nunca esquivan la ruda pelea
si defienden su tierra y su hogar.

Coro

Nunca esquivan la ruda pelea
si defienden su tierra y su hogar,
que es tan sólo el honor su alma idea
y el altar de la patria su altar.

Recostada en el ande soberbio,
de dos mares al ruido sonoro,
bajo el ala de grana y de oro
te adormeces del bello Quetzal.

Ave indiana que vive en tu escudo,
paladión que protege tu suelo;
¡ojalá que remonte su vuelo,
más que el cóndor y el águila real!

Coro

¡Ojalá que remonte su vuelo,
más que el cóndor y el águila real!
y en sus alas levante hasta el cielo,
Guatemala, tu nombre inmortal.

Letra: José Joaquín Palma
Música: Rafael Ovalle
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Al escuchar sus notas veo ondear mi bandera
que se pierde en ese cielo azul…
Donde esa ave indiana cruza esta tierra
que es vientre de cuna que ha parido hijos
de nobleza con alma de libertad.

Cuando canto este himno se hincha mi pecho
y llevo mi mano al corazón…
Con la firme convicción de que podemos hacer
de nuestra patria un lugar donde nuestros hijos,
puedan soñar y realizar las aspiraciones más
profundas del hombre…
Oxwell L’bu

***Mi Tierra con vientre de Cuna***


***Mi Tierra con vientre de Cuna***
Amanece en Chichicastenango
y el aroma del incienso en forma de humo.
sube a los cielos para despertar a los dioses…

Mientras en la sierra una nueva esperanza
nace llevando en su pecho la voz de su Nahual…
Un quetzal en la Verapases cruza el cielo azul,
proclamando y celebrando la libertad…

En Atitlan donde el cielo besa a la tierra avanza
un hombre en su mecapal lleva la esperanza,
de un pueblo místico y grandioso que como luciérnagas
emiten luz en la obscuridad.

Recorrer los cerros verdes del Quiche que son una
celebración de la madre tierra…
Para luego descubrir a la ciudad que como estrella de plata
brilla en medio de un verde espesor que es Xela
la tierra que vio nacer a la abuela…

Caminar por la costa sur sintiendo que el horizonte
se enciende cuando el sol parase posarse sobre el mar,
saciar la sed con cocos de Escuintla y sentir como la
garganta se llena de gratitud y se pone a cantar…

Luego poco a poco avanzar en la colina de la Fe donde
El Cristo Negro nos espera con los brazos abiertos,
decorar el sombrero tejido con paja para celebrar la fe,
para ser como flor en ese paisaje multicolor.

Sentir el calor de esa tierra caliente del oriente del país,
donde el hombre bravío trabaja de sol a sol
para hacer de esta tierra una gran nación.

Seguir asombrándose, maravillándose en el Caribe
guatemalteco, un Caribe diferente,
que más bien parece una foto del paraíso.

    

Llegar a la “Ciudad de piedra” donde sobre las rocas
aun se aprecian las huellas del hermano Pedro…
ver las buganvilias caer de los balcones…
Al abrir la ventana sentir el aroma de las rosas
y extasiarse con los aromas de la primavera…

En el Peten las pirámides Mayas se inclinan para
reverenciar al sol ante una nación cuya identidad,
es esquiva a las artimañas políticas que la quieren atrapar
y ante los discursos elocuentes que la quieren dominar.

En una tierra que no poseemos pues ella es quien nos posee,
ya que fue en su vientre de cuna donde nuestros ojos se abrieron,
ella es el suelo donde crecen nuestras raíces y los brazos

que nos abrigaran cuando seamos llamados a la eternidad…

Tierra del Maya, del criollo y del ladino de donde brota ese vino
que alegra sin embriagar…
¡Oh Dios! Que nos podamos encontrar…
Que podamos superar las diferencias…
Y que esa conciencia que nace de tener
una madre en común nos tienda lazos
de hermandad…

Si, ya con los cofres llenos sean marchado
los conquistadores…
Si, ya con el botín partieron los mercenarios…
¡Pensemos! Con lo más valioso no pudieron cargar,
que es nuestra herencia Maya, el amor y nuestra identidad.

El pasado, lo tenemos como enseñanza…
El presente es la materia prima que en la
fragua de la vida debemos moldear…
Y el futuro es una esperanza que a nuestros hijos
no podemos negar…

Guatemala…Tierra de los arboles,
Tierra del paraíso perdido…
Tierra donde tus mujeres han parido
a los hijos de la libertad.

Guatebella…La niña de los ojos del creador,
la tierra donde está la huella de Dios,
que tú seas la musa, el ángel, la esperanza
y la inspiración de las mujeres y hombres
que pisa este suelo donde tiene su aposento
la mirada de Dios.

Oxwell L’bu
Imagen: Internet

***Mi Niña Blanca, mi Monja Blanca***



***La Danza del Quetzal***

Los arboles de hormigón bailan
al compas del viento,
mientras una Monja Blanca
se refresca el rostro con la
briza del chipi chipi...

En la selva tropical se escucha
un concierto es una sinfonía
con los cantos de las aves
y la armonía de un jaguar rugiendo.

La Vera Paz se engalana
y Fray Bartolomé le echa
la bendición...
Mientras una chirimilla y
un tambor hacen vibrar el corazón.

El Quetzal alza las alas
y emprende el vuelo...
Sus alas se confunden con
el espesor de la selva.

Es como un corazón rojo con alas,
es un ave danzando con los ecos
de una marimba…

Cuantos quisieran poder tener al
Quetzal en una jaula y apreciar su belleza,
más aun para ver su danza.

Pero el solo danza,
cuando tiene el pecho erguido
en libertad.


Oxwell L’bu
Imagen: Internet

***Mi Niña Blanca, mi Monja Blanca***


***Mi Niña Blanca, mi Monja Blanca***
Titiritando de frio en los
bosques de las Verapases,
así te encontré a los pies
de una ceiba…

Tu belleza me deslumbro
tu rostro empalideció,
cuando nuestras miradas
se encontraron.

Un quetzal de pronto paso
acariciando tu rostro con
su bella cola…
Tus ojos como carambola
se fueron detrás de el,
mi corazón seguía allí junto
a ti titiritando de frio cuando
el chipi chipi te baña el rostro.

Mi niña blanca, mi Monja Blanca
que has crecido en esta tierra
de leyenda, maíz y café…

Mi niña blanca, mi Monja Blanca
que tiemblas de la emoción
cuando escuchas las teclas
morenas de la marimba…

Mi niña blanca, mi Monja Blanca
que eres algo así como una lagrima
de Dios…
Lagrima de alegría, lagrima de tristeza
que hace fecunda a esta tierra del quetzal.

Oxwell L’bu
Imagen: Internet

***Soñando Bajo una Ceiba***


***Soñando bajo una Ceiba***
Luego de una jornada bajo
el sol sembrando flores en
este jardín primaveral…

Me senté bajo una ceiba
hermosa, frondosa que me
extendió sus raíces como
brazos para arrullarme.

Sin cerrar los ojos me vi en el paraíso
en un lugar donde Dios quiso
dejar sus huellas y rastros de
su presencia…

En una tierra bañada por dos
mares altivos sonoros donde
ha hecho su hogar el quetzal.

Vi sus volcanes y montañas,
mis ojos se extasiaron ante
tanta belleza de una multitud
de paisajes que parecen obras
de arte pintadas a mano.

Sin darme cuenta me quede
dormido…
A lo lejos escuche una marimba
y sentí que el corazón se me
escapaba del pecho.

Aquella Ceiba se convirtió
en el lecho donde suelo
soñar despierto y si allí me
quedara muerto ¡Que importa!
Si de niño fue mi cuna y sería
una fortuna quedarme allí soñando
en sueño eterno…
Oxwell L’bu
Imagen: Internet

jueves, 19 de mayo de 2011

**No te mueras Atitlan***


**No te mueras Atitlan***

Al ver la belleza que había creado
Dios lloro de alegría...
Sus lágrimas cayeron
justo en las huellas de sus pies.

Surgió una belleza sin comparación
en este mundo y se vio al cielo
besando sus aguas y deleitándose en el.

Belleza que extasió las pupilas
de muchas generaciones,
que genero alegría y canto
¡En los corazones!

¡Son bellos!
¡Pero se nos mueren!
Y para salvarlos  no es
suficiente el lamentarnos...

Amatitlan en una agonía
que no acaba,
lo asistimos pero no
eliminamos las causas.

Y es como mantener
vivo a un ser viéndolo
sufrir sin curar la causa.

¡Atitlan se nos muere!
Y todos pegamos el grito al cielo
mas en proporción muy pocos
nos comprometemos.

Es que no basta con ser
llamarada de tuza,
hay que ser leño que arde.

No preguntamos:
¿Qué podemos hacer?
Si somos tan pequeños...

Y en vez de tomar acción
escuchamos la marcha fúnebre
y nos unimos al funeral...

Mas sus volcanes no lloran,
sus árboles se mantiene de pie
y nosotros apenas empezando
nos vamos dando por vencido.

Le pasaremos la cuenta
de nuestras acciones,
a las próximas generaciones.

Pero Atitlan no puede esperar,
nuestra madre Guatebella
nos reclama...

Hoy nos jugamos el destino,
nos quedamos esperando o
emprendemos el camino.

Atitlan puede ser nuestro
mayor fracaso y vergüenza,
o nuestro máximo orgullo
si cada quien hace lo suyo...

Y no creamos que escaparemos
al reclamo de Dios...
Porque todos somos responsables
de toda esta belleza que El nos
encomendó…

Oxwell L’bu

miércoles, 18 de mayo de 2011

***Andrea Cardona***

***Andrea Cardona***
Un alma con las alas de los sueños
que lleva la voluntad por delante,
buscando las alturas para encontrar
un aposento donde la imaginación
...se bese con el infinito…

Navegando entre las nubes llevando
en el pecho un corazón de quetzal,
que remonta su vuelo más allá de
donde llega el cóndor y el águila real.

Hasta alcanzar ese monte que reta y desafía,
ese monte que humilla las voluntades,
pero también las cubre de gloria…
Esa cumbre donde solo los estoicos
han llegado porque se han desafiado
primeramente así mismos.

Andrea Cardona flor chapina
con la belleza de una monja blanca
y la templanza y fortaleza de una ceiba,
en tus venas corre la sabia de esta tierra,
que puso en ti ese espíritu inquebrantable.

Tú has sido la primera mujer que con
determinación salió de este paraíso ubicado
en la América Central para poner en esa cima,
nuestra bandera para que todos cantemos:
Guatemala tu nombre inmortal…

Fue el Everest el inicio de esa odisea que
te lanza a quererte abrazar con las siete cumbres
más altas del mundo…
Lleva hasta allá nuestra bandera, lleva hasta
ya nuestro sentir, ese que nos hace llorar, cantar
y reír ante la vida.

Tu embajadora de los sueños…
Tu digna representante del coraje
y determinación de las flores de este
jardín de abriles eternos donde el creador
las cultiva con Amor.
Oxwell L’bu