sábado, 29 de junio de 2013

“Antigua La Ciudad De Las Mil y Un Historias”

“Antigua La Ciudad De Las Mil y Un Historias”

La muy noble ciudad de Santiago de los caballeros de Guatemala, con estoicismo sobre natural ha soportado los embates de la naturaleza y el tiempo, sin claudicar, sin dudar ni siquiera un momento.

Dos terremotos la han amenazado con destruirla y no dejar piedra sobre piedra… Esta ciudad que se niega a envejecer y por eso se ha quedado suspendida en el tiempo… Se construye y se reconstruye sobre sus propias ruinas, porque ellas son el baluarte de su existencia.

Generaciones tras generaciones han caminado por sus calles, sin que sus pasos desgasten las piedras y levanten polvo de hastió, porque esta mágica ciudad ha sido poblada por historias, leyendas, cuentos, por los fantasmas de los aparecidos, de los que callaron y de los que gimieron, así como por más de algún ser sobre natural, que anda buscando un tamal.. Un santo camino por sus calles y aun se ven sus huellas sobre las piedras… Gringos y europeos viene a visitarla y luego ya no quieren irse, se quedan extasiados por la magnificencia de su encanto, el cual radia en su sencillez y la calidez de su gente. Aquí encuentran esa Shangrila, esa fuente que no rejuvenece pero que para la vejes porque aquí el tiempo permanece inerte.

Difícil será encontrar, otra ciudad como antigua Guatemala, donde se albergan tantas leyendas, historias y cuentos, los cuales los cuenteros suelen darles vida cada atardecer…Esta, una pequeña ciudad en el corazón de América, ciudad colonial, ciudad del cortejo y romance donde cada noche la luna se baña con los suspiros de los enamorados… Ciudad de las rosas perpetuas, de los panzas verdes que sos sustanciosos como los aguacates.


Algunos se preguntan: ¿Por qué? esta ciudad se afana tanto en conservar esos edificios en ruinas. ¿Por qué? Esas viejas construcciones se visten de bugambilias y se cubren los pies de jacarandas como si fueran damas que salen a pasear de noche. Lo que ellos no saben es que esas ruinas conservan la esencia de la ciudad; porque sus ruinas podrían ser símbolo de decadencia, pero más bien son atalayas de su nobleza… Podrían ser el cementerio de viejas victorias o camposantos de sus antiguas historias, pero en vez de eso, parecieran tener vida propia, pues resplandecen con su propia luz en el horizonte, ya que son testigos activos de una historia que aun no se acaba de escribir.
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