“El 20 De Octubre, El Día En Que La Luz Brillo Con Mayor Intensidad”
Andrés Oppenheimer en su libro ¡Basta de historias! Nos habla de esa obsesión latinoamericana por ver al pasado y escarbar en él y por lo mismo no enfocarse
en el presente y empezar a construir un mejor futuro. Yo comparto esa visión, sin embargo pienso que el pasado constituye la experiencia colectiva. Y la experiencia es lo ... que hace la diferencia entre un principiante (por educado y preparado que sea) y alguien preparado que cuenta con ella.
En mi opinión si escarbamos en el pasado para tomar de allí la experiencia que puede hacer diferencia en nuestra vida y la vida de los demás ese es un esfuerzo fructífero y fecundo.. Más aun cuando vemos hacia la historia de los vencidos, esa que no se registro en los libros de historia, ni fue difundida por los medios, dado que afectaba los intereses de los vencedores y luego fue reducida a mitos, leyendas o simple y sencillamente se desvirtuó y desacredito, aun que la misma historia tarde o temprano reivindica cuando sale a la luz la verdad.
En el caso particular (aun que no individual, ya que esta historia se repite en muchos países latinoamericanos) de Guatemala nunca antes, ni después en nuestra historia, brillo esa luz de esperanza con tanta intensidad que ilumina e inspira y que sigue inspirando a las nuevas generaciones, que no son ilusos soñadores cuando reclaman una sociedad más justa donde el respeto a la dignidad del ser humano no sea una utopía que se ahoga en mares de discursos bien articulados pero sin la firme voluntad de darle vida a las palabras. Donde esos altos ideales de paz, libertad e igualdad pasen a ser realidades, donde la ley no favorezca a un grupo elitista, ni ampare la injusticia, contradiciendo el espíritu de la misma.
Aquel 20de octubre de 1944 esa luz brillo con tal intensidad, que ahuyentó a las tinieblas, poniendo al descubierto tanta injusticia disfrazada y que aquella aparente tranquilidad, no era más que miedo, atrayendo a hombres y mujeres de buena voluntad, que hombro con hombro se propusieron la construcción de un mejor país para las futuras generaciones. Pero dicha revolución encontró sus cimientos e inspiración desde el mismo día en que el Príncipe Quiche rechazo la invasión extranjera, sin dejarse engañar por espejos o leyendas de dioses que venían del otro lado del mar. Ese mismo espíritu de amor a la libertad se ha perpetuado de generación en generación, sin que claudique esa vocación por la paz y libertad. No habiendo sido testigo ocular que aquella década, que se ha dado en llamar “Los diez Años de Primavera” pero si recipiente de sus logros y alcances. Cada 20de octubre inevitablemente salta a mi cabeza, la pregunta ¿Cómo estaría el país? Si aquel proceso no hubiera sido interrumpido por mantener vigentes los intereses de una compañía extranjera, como la United Fruit Company. Solo puedo hacer suposiciones, que quizás no pasan de ser sueños y anhelos para esa hermosa tierra donde nací…Quizás es muy poco lo que puedo aportar, pero no estoy dispuesto a quedarme esperando, porque la vida no se construye, de suposiciones, de los Si hubiéramos…Si tuviera tal posición…Si yo fuera… Pues prefiero morir en el intento, que vivir esperando.
Oxwell L’bu Copyright © 2011
Andrés Oppenheimer en su libro ¡Basta de historias! Nos habla de esa obsesión latinoamericana por ver al pasado y escarbar en él y por lo mismo no enfocarse
en el presente y empezar a construir un mejor futuro. Yo comparto esa visión, sin embargo pienso que el pasado constituye la experiencia colectiva. Y la experiencia es lo ... que hace la diferencia entre un principiante (por educado y preparado que sea) y alguien preparado que cuenta con ella.
En mi opinión si escarbamos en el pasado para tomar de allí la experiencia que puede hacer diferencia en nuestra vida y la vida de los demás ese es un esfuerzo fructífero y fecundo.. Más aun cuando vemos hacia la historia de los vencidos, esa que no se registro en los libros de historia, ni fue difundida por los medios, dado que afectaba los intereses de los vencedores y luego fue reducida a mitos, leyendas o simple y sencillamente se desvirtuó y desacredito, aun que la misma historia tarde o temprano reivindica cuando sale a la luz la verdad.
En el caso particular (aun que no individual, ya que esta historia se repite en muchos países latinoamericanos) de Guatemala nunca antes, ni después en nuestra historia, brillo esa luz de esperanza con tanta intensidad que ilumina e inspira y que sigue inspirando a las nuevas generaciones, que no son ilusos soñadores cuando reclaman una sociedad más justa donde el respeto a la dignidad del ser humano no sea una utopía que se ahoga en mares de discursos bien articulados pero sin la firme voluntad de darle vida a las palabras. Donde esos altos ideales de paz, libertad e igualdad pasen a ser realidades, donde la ley no favorezca a un grupo elitista, ni ampare la injusticia, contradiciendo el espíritu de la misma.
Aquel 20de octubre de 1944 esa luz brillo con tal intensidad, que ahuyentó a las tinieblas, poniendo al descubierto tanta injusticia disfrazada y que aquella aparente tranquilidad, no era más que miedo, atrayendo a hombres y mujeres de buena voluntad, que hombro con hombro se propusieron la construcción de un mejor país para las futuras generaciones. Pero dicha revolución encontró sus cimientos e inspiración desde el mismo día en que el Príncipe Quiche rechazo la invasión extranjera, sin dejarse engañar por espejos o leyendas de dioses que venían del otro lado del mar. Ese mismo espíritu de amor a la libertad se ha perpetuado de generación en generación, sin que claudique esa vocación por la paz y libertad. No habiendo sido testigo ocular que aquella década, que se ha dado en llamar “Los diez Años de Primavera” pero si recipiente de sus logros y alcances. Cada 20de octubre inevitablemente salta a mi cabeza, la pregunta ¿Cómo estaría el país? Si aquel proceso no hubiera sido interrumpido por mantener vigentes los intereses de una compañía extranjera, como la United Fruit Company. Solo puedo hacer suposiciones, que quizás no pasan de ser sueños y anhelos para esa hermosa tierra donde nací…Quizás es muy poco lo que puedo aportar, pero no estoy dispuesto a quedarme esperando, porque la vida no se construye, de suposiciones, de los Si hubiéramos…Si tuviera tal posición…Si yo fuera… Pues prefiero morir en el intento, que vivir esperando.
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