***Plenilunio En Antigua***
Amanece en Antigua…
Los grillos guardan sus violines,
las calles se inundan del aroma
de las flores, remecen viejos amores.
La luna desvelada aun
permanece colgada en el firmamento,
pues el sol la beso y ella orbitando
... enamorada se quedo.
El gallo mañanero hoy no canto,
porque también se desvelo,
pues se quedo haciéndole ojitos
a una estrella que lo deslumbro.
Ya que la noche anterior
fue de cortejo y amor…
Fue noche de plenilunio en do mayor,
en un concierto de suspiros.
Las calles empedradas,
se pintaron de un azul tenue
y hasta el volcán tuvo
un conato de erupción
Amanece en Antigua…
Los grillos guardan sus violines,
las calles se inundan del aroma
de las flores, remecen viejos amores.
La luna desvelada aun
permanece colgada en el firmamento,
pues el sol la beso y ella orbitando
... enamorada se quedo.
El gallo mañanero hoy no canto,
porque también se desvelo,
pues se quedo haciéndole ojitos
a una estrella que lo deslumbro.
Ya que la noche anterior
fue de cortejo y amor…
Fue noche de plenilunio en do mayor,
en un concierto de suspiros.
Las calles empedradas,
se pintaron de un azul tenue
y hasta el volcán tuvo
un conato de erupción
A esta ciudad le palpito.
a toda prisa el corazón,
al ver a los amantes
embriagados de amor.
El agua danza en las fuentes,
el poeta como nunca se inspiro,
entonces la luna musito,
un suspiro que al sol despertó.
Ella se vistió de blanco,
una estrella le guiño un ojo,
la luna hecho el cerrojo,
pues el sol seguía soñando.
Parecía que nunca iba amanecer,
aquella mujer me hizo estremecer,
con su mirada de ángel
y cuando extendió sus alas pensé morir.
Pues la noche se me hizo eterna,
las bugambilias parecían cantar una canción
aunadas con el viento que las besaba,
en plena madrugada…
Fue en esa noche que ella me llevo
a las puertas del paraíso y por extraño
que parezca nunca salimos de
Antigua Guatemala.
Oxwell L’bu Copyright ©2012
a toda prisa el corazón,
al ver a los amantes
embriagados de amor.
El agua danza en las fuentes,
el poeta como nunca se inspiro,
entonces la luna musito,
un suspiro que al sol despertó.
Ella se vistió de blanco,
una estrella le guiño un ojo,
la luna hecho el cerrojo,
pues el sol seguía soñando.
Parecía que nunca iba amanecer,
aquella mujer me hizo estremecer,
con su mirada de ángel
y cuando extendió sus alas pensé morir.
Pues la noche se me hizo eterna,
las bugambilias parecían cantar una canción
aunadas con el viento que las besaba,
en plena madrugada…
Fue en esa noche que ella me llevo
a las puertas del paraíso y por extraño
que parezca nunca salimos de
Antigua Guatemala.
Oxwell L’bu Copyright ©2012
Imagen{ Internet
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