***Humberto Ak’abal***
El silencio como sombra
se ha posado en la montaña,
dos lagrimas de fuego emergen
de Cuxliquel pues la tierra llora.
Muchos dicen que murió el poeta,
pero no, los poetas no mueren, vuelan;
yo lo vi volar en alas de un quetzal,
bajo una lluvia de luna.
Muchos dicen que un pueblo se ha
quedado sin voz, pero no es así,
el eco de sus versos resuenan,
como rayos en la montaña.
La ausencia tiñe de obscuridad
los campos, pero pronto retoñara
el rosal, como Ak’ab’al, esa primera
luz de la aurora.
El poeta hoy es más libre que nunca,
surca los cielos, se baña en los arroyos,
porque el poeta es río, no laguna
y su destino es la inmensidad del mar.
Oxwell L’bu copyrights 2019
El silencio como sombra
se ha posado en la montaña,
dos lagrimas de fuego emergen
de Cuxliquel pues la tierra llora.
Muchos dicen que murió el poeta,
pero no, los poetas no mueren, vuelan;
yo lo vi volar en alas de un quetzal,
bajo una lluvia de luna.
Muchos dicen que un pueblo se ha
quedado sin voz, pero no es así,
el eco de sus versos resuenan,
como rayos en la montaña.
La ausencia tiñe de obscuridad
los campos, pero pronto retoñara
el rosal, como Ak’ab’al, esa primera
luz de la aurora.
El poeta hoy es más libre que nunca,
surca los cielos, se baña en los arroyos,
porque el poeta es río, no laguna
y su destino es la inmensidad del mar.
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