“Los grandeza permanece”
Veo nuevamente y se turba mi mente, el comprobar que en nuestra tierra, nos encantan los homenajes póstumos.
No sabemos o no tenemos una cultura, de reconocer la grandeza de un ser humano, sino hasta que esté en nada puede disfrutar dicho reconocimiento. Nos pasamos admirando, a las “grandes” figuras creadas por los medios y principalmente cuando son extranjeros. Hay quienes en su fanatismo por un equipo de fútbol(por supuesto del extranjero) crean enemistades, se insultan y si pudieran se matarían.
Al parecer se nos ha educado para no reconocer el esfuerzo y logros ajenos, nos carcome la envidia cuando alguien que conocemos, sobre sale y en vez de apoyarle nos constituimos en sus detractores y criticones de oficio.
Hoy dio ese salto a la eternidad, otro de los grandes, que ha dado el deporte nacional, don Teodoro Palacios Flores y ahora si, los medios y no digamos las redes sociales lo elogian, y no se harán esperar los mentados, homenajes póstumos de los cuales algunos se cuelgan, para ganar notoriedad o esos cinco minutos de fama. La historia se vuelve a repetir, se va sin el justo reconocimiento, como ha sucedido en el pasado con otros, que al igual que él han dejado un legado al país.
Pero creo que a todos esos grandes que nos han precedido, más que recibir homenajes póstumos, les gustaría ver, que hemos cambiado, esa cultura del NO reconocimiento y empezamos a reconocer la grandeza de los que hoy caminan por nuestras calles, no solo soñando, sino luchando por lograrlos dichos sueños.
Gentes comunes de a pie, héroes anónimos que con su trabajo engrandecen al país, sin ir tan lejos a nuestros propios progenitores, que han dado su vida para que nosotros seamos mejores.
Hoy, si, hoy tenemos entre nosotros esas almas grandes, en las ciencias, el deporte, el arte etc. Personas como Érick Barrando, Charles Fernández, Alux Nahua, Luis Von Ahn, Hector Sandarti, Elizabeth de Guatemala y así se podría tener una lista interminable.
Ojalá fueran menos los homenajes póstumos y más las celebraciones de la vida, de esos que van dejando su huella antes de su partida.
Oxwell L’bu copyrights 2019
Veo nuevamente y se turba mi mente, el comprobar que en nuestra tierra, nos encantan los homenajes póstumos.
No sabemos o no tenemos una cultura, de reconocer la grandeza de un ser humano, sino hasta que esté en nada puede disfrutar dicho reconocimiento. Nos pasamos admirando, a las “grandes” figuras creadas por los medios y principalmente cuando son extranjeros. Hay quienes en su fanatismo por un equipo de fútbol(por supuesto del extranjero) crean enemistades, se insultan y si pudieran se matarían.
Al parecer se nos ha educado para no reconocer el esfuerzo y logros ajenos, nos carcome la envidia cuando alguien que conocemos, sobre sale y en vez de apoyarle nos constituimos en sus detractores y criticones de oficio.
Hoy dio ese salto a la eternidad, otro de los grandes, que ha dado el deporte nacional, don Teodoro Palacios Flores y ahora si, los medios y no digamos las redes sociales lo elogian, y no se harán esperar los mentados, homenajes póstumos de los cuales algunos se cuelgan, para ganar notoriedad o esos cinco minutos de fama. La historia se vuelve a repetir, se va sin el justo reconocimiento, como ha sucedido en el pasado con otros, que al igual que él han dejado un legado al país.
Pero creo que a todos esos grandes que nos han precedido, más que recibir homenajes póstumos, les gustaría ver, que hemos cambiado, esa cultura del NO reconocimiento y empezamos a reconocer la grandeza de los que hoy caminan por nuestras calles, no solo soñando, sino luchando por lograrlos dichos sueños.
Gentes comunes de a pie, héroes anónimos que con su trabajo engrandecen al país, sin ir tan lejos a nuestros propios progenitores, que han dado su vida para que nosotros seamos mejores.
Hoy, si, hoy tenemos entre nosotros esas almas grandes, en las ciencias, el deporte, el arte etc. Personas como Érick Barrando, Charles Fernández, Alux Nahua, Luis Von Ahn, Hector Sandarti, Elizabeth de Guatemala y así se podría tener una lista interminable.
Ojalá fueran menos los homenajes póstumos y más las celebraciones de la vida, de esos que van dejando su huella antes de su partida.
Oxwell L’bu copyrights 2019
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