***Antigua de mis soledades***
Las calles están solitarias,
por un balcón asoma su carita,
una bugambilia y me regala,
una sonrisa llena de sol.
En estos mis otoños en plena
primavera, me acompaña
la silenciosa soledad;
a esta edad, quizás es
una necedad.
Pero sigo viniendo aquí,
con la soledad de siempre,
porque aquí puedo respirar
su perfume en el viento
y se siente mi corazón contento.
Porque aquí están las huellas
de sus pies descanzos,
el eco de su sonrisa,
el estruendo de su corazón
latiendo a prisa, cuando se
apresurava para ir a misa,
en San Francisco El Grande,
Recorro sus calles empedradas
y con nombre de norte a sur,
de este à oeste, hasta agotar mis fuerza,
con la esperanza de caer rendido
en mi habitación y dejar de pensar en ella.
Veo el viejo portal donde nos sentábamos
a contemplar la tarde...
Donde nos mirábamos sin hablar,
donde nos amábamos sin tocar
y como niños nos entregabamos,
sin dudar.
Es que Antigua es mágica,
tiene ese encanto que une sin atar,
tiene ese hechizo de dejar huellas
imborrables en el corazón y ese
misticismo de enamorar el alma.
Las calles siguen solitarias,
custodiadas por el volcán,
esta callendo la tarde, hay un farol
queriendo alumbrar y la nostalgia
cubre el cielo y yo anhelo,
que estés aquí...
Oxwell L’bu Copyright © 2017
Las calles están solitarias,
por un balcón asoma su carita,
una bugambilia y me regala,
una sonrisa llena de sol.
En estos mis otoños en plena
primavera, me acompaña
la silenciosa soledad;
a esta edad, quizás es
una necedad.
Pero sigo viniendo aquí,
con la soledad de siempre,
porque aquí puedo respirar
su perfume en el viento
y se siente mi corazón contento.
Porque aquí están las huellas
de sus pies descanzos,
el eco de su sonrisa,
el estruendo de su corazón
latiendo a prisa, cuando se
apresurava para ir a misa,
en San Francisco El Grande,
Recorro sus calles empedradas
y con nombre de norte a sur,
de este à oeste, hasta agotar mis fuerza,
con la esperanza de caer rendido
en mi habitación y dejar de pensar en ella.
Veo el viejo portal donde nos sentábamos
a contemplar la tarde...
Donde nos mirábamos sin hablar,
donde nos amábamos sin tocar
y como niños nos entregabamos,
sin dudar.
Es que Antigua es mágica,
tiene ese encanto que une sin atar,
tiene ese hechizo de dejar huellas
imborrables en el corazón y ese
misticismo de enamorar el alma.
Las calles siguen solitarias,
custodiadas por el volcán,
esta callendo la tarde, hay un farol
queriendo alumbrar y la nostalgia
cubre el cielo y yo anhelo,
que estés aquí...
Oxwell L’bu Copyright © 2017
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