“El ritual de las monedas”
En aquel barrio pintoresco, de la zona 6 de la capirucha, empezando el mes de junio, se veía a las señoritas y jovencitos, en la salida de la iglesia pidiendo monedas...
No era que a las chicas ya las hubiera dejado el tren o que a los muchachos no les cayera nada, pero como en todo se busca lo mejor. Y San Antonio por tradición, se las pinta solo, para esos menesteres.
Así que había que juntar las trece monedas, una por día y rezarle fervientemente, para que el santo diera esa ayudadita, porque el cielo siempre se confabula para que surja el amor, en donde menos se espera.
Y así, al llegar el día del santo casantero, cuya eficacia era superior a la de cupido y al parecer sin hacerle competencia a San Valentín, si no más bien dándole una ayudadita, esa agua bendita, hacía milagros.
Las melosas se depositaban en el atrio de la iglesia, donde estaba el altar en honor a San Antonio y además se compraba una bolsita con palitos de el santo, para que la pareja (cuando está llegará) lo compartiera y así alimentará, ese amor eterno, que casi siempre los conducía al materno.
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#SanAntonio
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