“Con solo una champurrada”
En aquellos años, no era un niño promesa, más bien, no faltaba quien se burlara por mi torpeza, pero era feliz.
Al crecer, de estatura no crecía y usted no me creería, si le dijera que en el amor no era afortunado, pues ni novia tenía. Escribía como un condenado, intentos de poesía y las chicas que los leían, suponían que quien les entregaba la carta era el autor y que con sus expresiones de amor les arrancaba el motor. Pero era feliz.
Hoy casi es la misma historia, pero sigo siendo feliz, como lo fui en esos años, cuando tengo frente de mi una chapurrada, bien dorada y una taza de café.
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#Champurradas
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